Es importante elegir con atención el servicio de Internet para el hogar, la idea es que adquieras el mejor, así que hay varios factores a tener en cuenta. Como por ejemplo, cuáles son las necesidades, hábitos de navegación y cantidad de dispositivos en total de toda la familia.
Y, por supuesto, estar atentos a las condiciones de contratación del servicio. No siempre lo más conveniente es adquirir el servicio de Internet WiFi más costoso o el más veloz, ya que puede no cumplir con las necesidades del usuario. En ese sentido, entre las variables a considerar están la ubicación (zona de cobertura), el precio, el uso, la tecnología, la instalación, el servicio telefónico y la cantidad de personas que se van a conectar.
Internet según la zona de cobertura
Antes de contratar un servicio de Internet para el hogar, lo primordial es conocer la cobertura que tienen las compañías que lo ofrecen. Esto es imprescindible para comenzar a evaluar las opciones que son posibles de adquirir. Va a depender el alcance de una operadora de la infraestructura que haya en la zona donde esté ubicado el hogar que va a hacer la contratación.
Primero hay que ver en la página de cada operadora el alcance que tiene. Es buena idea pedir referencias a personas que viven en los alrededores, para así tener una idea real respecto al rendimiento y cobertura de los servicios que tienen. Sucede a veces, que a pesar de que sí llegue a un área la conexión, no necesariamente se trata de la tecnología deseada. O, si hay dicha tecnología, puede que no tenga un rendimiento del todo estable.
Esto se puede ver, por ejemplo, cuando una red móvil cambia continuamente entre 3G y 4G, ya que está buscando la red disponible con señal más estable. Del mismo modo ocurre con la conexión en casa.
La clave: evaluar el uso según los dispositivos
No tiene sentido pedir un servicio de 100 megas o más descarga por segundo, si el usuario por lo general va a estar haciendo uso de las redes sociales, streaming o juegos online por ocio. Este servicio está destinado principalmente a personas que hacen un uso profesional de la conexión, que requieren subir y bajar un gran volumen de datos: edición de vídeo, fotografías, planos, desarrollo informático, etc.
Una vez entendido cuál es el uso profesional, llega el momento de clasificar al usuario medio. Por lo general, si se van a conectar hasta 3 personas con uso moderado de consumo Netflix o YouTube, funciona bien tener 20 megas. Es un plan de Internet bastante económico y suficiente para atender a esa necesidad.
Si son más personas en el hogar que hacen uso de la conexión a Internet para ver vídeos online, conviene una conexión de 50 megas. Una velocidad suficiente para este tipo de uso. Incluso funciona muy bien para las personas que deseen jugar videojuegos online sin interferir a otro miembro de la familia que esté conectado.
Hay que tener en cuenta que si van a estar conectados a la red del hogar muchos dispositivos a la vez, el router debe tener la capacidad de alojarlos a todos al mismo tiempo. Es importante confirmar este dato con el proveedor para asegurar que no haya conflictos entre los dispositivos. Aquí el uso que se le dé a cada uno no es relevante, solo si hacen uso del Internet WiFi o no.
Tipos de conexión a Internet
Existen mayormente 3 formas de conectarse a Internet: mediante ADSL, fibra óptica y vía satelital (incluyendo las de celular). La primera opción es la más común y la más extendida en general. Su inconveniente está, en que tiene una velocidad 8 veces menor que la que dice el servicio, ya que se pierden datos por la tecnología que usa, además de que la diferencia entre la bajada y la subida es bastante grande.
La fibra óptica es lo mejor que existe en la actualidad (omitiendo el 5G). Es un servicio de Internet más costoso, pero el rendimiento es mucho mayor que la ADSL tradicional. Quienes deseen un uso intensivo de conectividad, es casi obligatorio que adquieran este tipo de conexión. Esto es lo que más hay que tener en cuenta el momento de verificar el alcance de una operadora u otra, ya que, a pesar de ser una tecnología cada vez más común, no está tan extendida como ocurre con ADSL.