El locutor fue llevado este domingo al Hospital Fernández.
Cacho Fontana fue internado de urgencia este domingo por un cuadro de neumonía. El legendario locutor, que el viernes cumplió 89 años, fue llevado esta tarde al Hospital Fernández. Hace pocos días, se había aplicado la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Antonella Fontana, hija del prestigioso locutor explicó que su padre “está bien, se está recuperando”, en diálogo con el diario La Nación. Si bien aún se desconoce el parte médico oficial, trascendió que Fontana padece neumonía e insuficiencia cardíaca.
El 2020 no fue un año fácil para Fontana. El locutor contrajo Covid en julio de 2020 en el geriátrico en el que vive desde hace varios años, por lo que debió ser internado en el Hospital Fernández.
Pero los problemas de salud de Cacho continuaron este año, cuando, ya recuperado del Covid, en febrero debió ser internado nuevamente por un cuadro de neumonía.
El locutor había regresado a la radio en 2019, a sus 87 años, con el ciclo Un Cacho de Nacional, por Radio Nacional (AM 870). Los programas tuvieron invitados de prestigio como Juan José Campanella, Graciela Borges, Guillermo Francella, María Laura Santillán, Magdalena Ruiz Guiñazú, Héctor Larrea, Palito Ortega, Moria Casán, Jorge Lanata, entre otros.
El programa radial contó con un equipo familiar. Su hija Antonella fue la productora del ciclo, mientras que la ex esposa del conductor, Liliana Caldini, también participó.
El regreso de Cacho a la actividad radial, a 60 años del mítico Odol pregunta, ayudó en la recuperación de salud pero además contribuyó con la economía del locutor, quien confesó que si no fuera por la ayuda recibida “sería difícil llegar a fin de mes”.
“La gente pensará que no sé qué hice yo con el dinero… Cuando tuve dinero compré una casa para mis hijas, para su futuro. Hoy tengo una jubilación mínima“, contó Cacho en aquel momento.
En 2018, Cacho habló de cómo vive esta etapa de su vida en diálogo con Clarín. “La vejez es algo que no esperaba. No sabía que era esto: es quedarse quieto. Es muy difícil cuando uno está embalado pensar que será grande. No es fácil de superar el no tener un compromiso a mano, no tener una obligación de levantarme. No es que ahora me sienta jubilado, pero siento que he cumplido un ciclo”.