Las fuerzas policiales detuvieron a Evangelina Maldonado por vender drogas en su casa de la Villa Mateotti. Cumplía arresto domiciliario por una pena impuesta por la Justicia Federal. Los Amarilla y los Maldonado son grupos familiares que operan en la zona y tienen “intereses superpuestos”. Personal policial detectó la venta de drogas en un “point”. La modalidad utilizada era simple: los compradores se acercaban a las ventanas y hacían el intercambio de dinero por droga.
Una mujer de 32 años, perteneciente a una familia vinculada históricamente a la delincuencia en Mar del Plata, fue detenida en su casa de la Villa Mateotti. Evangelina Soledad Maldonado (32) había sido condenada en julio de 2021 por la Justicia Federal a seis años de prisión por vender estupefacientes, actividad que volvió a realizar mientras cumplía su arresto domiciliario.
Según informó el diario marplatense La Capital, la investigación sobre Maldonado se había llevado a cabo durante varios meses y la Policía Federal encontró elementos que confirmaron que estaba vendiendo drogas en la Villa Mateotti. A pesar de que no se encontró una gran cantidad de marihuana durante el allanamiento, se recogieron pruebas que corroboraron su actividad ilícita.
La mujer fue detenida mientras cumplía su arresto domiciliario por la pena impuesta por la Justicia Federal, por lo que no debería haber estado vendiendo drogas. Es sorprendente que no tuviera ningún dispositivo de monitoreo colocado durante el allanamiento, lo que sugiere un fallo en el sistema de vigilancia.
La Villa Mateotti es un sector del barrio San Martín donde la familia Maldonado estuvo involucrada en actividades delictivas durante muchos años. En semanas anteriores, la Policía Federal había allanado las casas pertenecientes a la familia Amarilla, otro clan que opera en la zona y tiene numerosas condenas en muchos de sus miembros. Los Amarilla y los Maldonado son grupos familiares que parecen haber encontrado la manera de convivir desde hace años a pesar de tener “intereses superpuestos”.
La investigación actual fue encomendada por el fiscal Leandro Favaro a la Policía Federal, cuyos detectives recabaron material fotográfico y de video en distintos horarios que probó el funcionamiento de un “point” o boca de expendio de drogas en una de las casas ubicadas en Mateotti al 3100. Durante la investigación, el personal policial advirtió que algunos jóvenes e incluso adolescentes eran “vigías”, un rol que sirve para alertar de la presencia de policías o personas sospechosas de estar observando.
Para llegar al lugar se utilizó un colectivo de pasajeros, que estaba ocupado por más de 30 efectivos de la Policía Federal, lo que indica que se llevó a cabo un importante operativo. La modalidad que utilizaban para la venta no era demasiado sofisticada: los compradores se acercaban a una de las ventanas exteriores o la que daba a un pasillo y desde allí hacían el intercambio de dinero por droga.