Una secadora en Quequén opera 24/7, dejando montículos de polvo en la vereda. Los vecinos alertan sobre riesgos de salud y piden intervención inmediata.
Desde el inicio de su funcionamiento el pasado lunes, la secadora de Proagro, ubicada en calle 515 entre 550 y 548, estuvo operando ininterrumpidamente las 24 horas del día, causando molestias evidentes a los residentes cercanos y un claro impacto ambiental.
“Desde el día lunes que puso en funcionamiento la secadora Proagro y al momento sigue funcionando las 24 horas”, declaró Carolina, en comunicación con Diario Necochea.
Pero no solo hizo hincapié en el problema visible, sino que aprovechó la oportunidad para lanzar un mensaje claro a los políticos de la región: “La parte que no ven en Quequén, los candidatos que se llenan la boca en campaña”, expresó con evidente molestia.
Episodios previos
En los últimos años, la secadora de ProAgro en Quequén estuvo el foco de las críticas debido a episodios similares. En 2015, hubo quejas por contaminación ambiental, cuando la granza emanada de la planta de acopio causó un efecto visual similar a un día de nieve en pleno sol primaveral. Durante ese mismo período, al poner en marcha la secadora, una liberación de polvillo asemejó un día invernal con densa neblina. Los vecinos señalaron que, incluso cuando la máquina parecía funcionar correctamente, el ruido resultante también generaba contaminación sonora. Aunque se informó a las autoridades medioambientales sobre la situación, los vecinos de la zona sentían que era necesario tomar medidas más directas, como establecer un diálogo.
Sin embargo, el problema persistió en los años subsiguientes. En julio de 2022, testigos señalaron que, en las primeras horas de la madrugada del 20 de julio, la secadora ya estaba en funcionamiento. Las quejas eran consistentes con los problemas previamente reportados: no parecía haber cambios significativos en la operación de la secadora ni en el impacto que tenía sobre la comunidad. La esperanza de los residentes era que las condiciones climáticas, como el viento, ayudaran a dispersar el polvo, pero la preocupación subyacente seguía siendo evidente.